miércoles, 30 de septiembre de 2009
So real
La realidad. Existe realmente? O es producto de nuestra experiencia?
A veces creemos que lo que vemos, sentimos, decimos...ES lo que es... pero en verdad , cuanto de real tiene nuestra realidad.
Es en verdad concreta o es producto de nuestra imaginación o la convergencia de experiencias y su coordinación.
La realidad es una o son muchas? Es posible pensar en su representación o es tan sólo una ilusión dotada de realismo...
Y si eso que vivimos no es más que un sueño eterno, del que simplemente despertamos cuando morimos?
Es la realidad el conjunto de experiencias fieles a cada persona o es una realidad que se experimenta y se aprehende...
A veces creo que no hay solo una, sino varias y que cada plano se conecta, y que las vibraciones se vuelven parte y nos conectan, en mayor o menor medida con quienes están el la misma frecuencia...
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domingo, 20 de septiembre de 2009
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miércoles, 16 de septiembre de 2009
Delirios II
El me había dicho: Mejor a otra cosa mariposa. Yo lo miré y no le dije nada pero en realidad le dije todo. Y me devolvió el gesto.
Entonces fue que pensé en no hablarle hasta por lo menos pasado el minuto.
Y cada vez que sonaba el reloj, me volvía a decir lo mismo. Como para que me acostumbrara.
Claro que yo no había decidido nada, pero era inminente saber que tarde o temprano tendría que hacerlo.
Me llamó a la tardecita. Me preguntó si me acordaba lo que habíamos hablado.
Le dije que no. Así empezó el final.
Volvió a empezar y se perdió entre tantas palabras que enloqueció al menos por tres días. cuando recobró la cordura, me trajo flores color talo. Me dijo que eran una edición limitada y que solo se encontraban en el edén, que había viajado mucho en el tiempo y que bueno si realmente no las aceptaba, me podía ir a la mierda.
Las acepté solamente por el comentario y le expliqué que las cosas así no se arreglaban.
Me pidió por favor que no le dijera la verdad a nadie. Y nada más le dije chau, me tengo que ir.
Cerré la puerta.
Lo vi alejarse desde la ventana y esperé a que se fuera.
Nunca más supe nada.
Me comentaron al pasar que vive de la cría de ornitorrincos en el patio de la casa de su prima y que de vez en cuando sale a tomar un poco de sol.
Si alguien lo ve, haganle saber que todavía espero la taza de té...
Entonces fue que pensé en no hablarle hasta por lo menos pasado el minuto.
Y cada vez que sonaba el reloj, me volvía a decir lo mismo. Como para que me acostumbrara.
Claro que yo no había decidido nada, pero era inminente saber que tarde o temprano tendría que hacerlo.
Me llamó a la tardecita. Me preguntó si me acordaba lo que habíamos hablado.
Le dije que no. Así empezó el final.
Volvió a empezar y se perdió entre tantas palabras que enloqueció al menos por tres días. cuando recobró la cordura, me trajo flores color talo. Me dijo que eran una edición limitada y que solo se encontraban en el edén, que había viajado mucho en el tiempo y que bueno si realmente no las aceptaba, me podía ir a la mierda.
Las acepté solamente por el comentario y le expliqué que las cosas así no se arreglaban.
Me pidió por favor que no le dijera la verdad a nadie. Y nada más le dije chau, me tengo que ir.
Cerré la puerta.
Lo vi alejarse desde la ventana y esperé a que se fuera.
Nunca más supe nada.
Me comentaron al pasar que vive de la cría de ornitorrincos en el patio de la casa de su prima y que de vez en cuando sale a tomar un poco de sol.
Si alguien lo ve, haganle saber que todavía espero la taza de té...
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martes, 8 de septiembre de 2009
Don`t forget it
El momento inicial fue, justamente ese. Aquel que tanto tiempo esperaba. Aquel que en unos pocos minutos se esfumó hasta desaparecer. Sin el más mínimo detalle. Sin siquiera un destello de luz que dejara al menos el efecto de ceguera momentánea que produjera al menos algún tipo de huella aunque fuera sensorial. Un pedazo de memoria. Quizás así hubiese podido recordarlo.
Pero no, la sensación a la vez mágica y verdadera se voló. Dejó de sentir la suavidad que le producía el roce constante de la pequeña extremidad en su piel y comenzó a percibir el final.
El tiempo siguió corriendo y también acabó. Tan fugaz como eterno e irreal. Una ilusión que solo fastidia al mortal en la búsqueda de su paz.
Ahí fue entonces que decidido a no volver a cometer el mismo error, entendió que todo ese lapso fue simplemente una preparación para ese momento y que si bien jamás se volvería a repetir, haría un esfuerzo casi sobrehumano por retenerlo.
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jueves, 3 de septiembre de 2009
Gustame, te gusto, me gustás?
La ley de la vida del amor... siempre te gusta el que no te da bola... y viceversa...
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